La igualdad de género no solo es un derecho que tenemos mujeres y hombres también es la base para conseguir un mundo pacífico, próspero y sostenible. Para lograr eso, requerimos una equidad en rubros básicos como la educación, atención médica y representación política. Países, sociedades y empresas han avanzado, pero queda por trabajar para que hombre y mujer sean iguales ante la sociedad.
Empoderamiento no es una guerra de géneros, o la superioridad de un género por otro, o de privilegiar solo un género. Es buscar la igualdad, transformar de forma positiva, tener confianza y ser partícipe en la toma de decisiones.
En el sector de la tecnología el empoderamiento de la mujer ha tenido un avance en la región de Latinoamérica, pero aún solo el 35% de las carreras del campo de la tecnología lo conforman las mujeres, y muchas de ellas no la finalizan por la creencia de que son temas masculinos y no propios de aptitudes femeninas. En el sector laboral de la industria, según cifras de LinkedIn en México (y varios países de Latinoamérica) las mujeres ocupan menos del 20% de los puestos directivos empresariales, mientras que los puestos intermedios sólo el 30% son ocupados por mujeres.
¿Qué nos queda para llegar a esa igualdad de género? ¡Empoderarnos! Mientras los países y empresas establezcan las bases para dar las mismas oportunidades tanto a mujeres y hombres, las mujeres debemos derribar ideas de la industria de la tecnología y fomentar que las niñas y mujeres se acerquen, promoviendo la educación en este sector. Saber y reconocer que nuestra labor día tras día en la industria de la tecnología ha venido a fortalecerla, aceptar que somos parte de ella al ser una población con talento que puede ser mejor aprovechado. La inclusión y diversidad de la fuerza laboral de las mujeres motivadas y educadas mejorará la sociedad y la economía.